«Fue una exhibición de la vieja escuela de rock protagonizada por un músico de primera línea. Rory Gallagher «calentó» ayer en la plaza de toros de Gijón a tres mil personas que acudieron entusiastas a ver una de las figuras ya míticas del rock. Se esperaba de todo, pero sobremanera un buen concierto. Rory Gallagher no defraudó y con una sabia mezcla de rock duro y de blues se ganó a una concurrencia que no cejó en ningún momento de comunicarse con el cantante irlandés.
En la interpretación de temas con sabor a «blues», fue donde dejó patente con más fuerza Rory Gallagher su extraordinario dominio de la guitarra. Sin duda es su fuerte y suple de esta forma algunas limitaciones vocales. Hubo, cómo no, rock duro y «voló» incluso hasta el escenario una botella de ginebra que hábilmente fue esquivada por el cantante irlandés. Los festejos del verano en Gijón empiezan con buen pie. Con buen rock».