«El mundo de la música tiene grandes artistas que por su talante, manera de ser o quizás por su manera de pensar, han pasado desapercibidos por la historia, sin que nadie haya valorado sus trabajos y estilos como realmente se merecían. El caso de Rory Gallagher es uno de los ejemplos más palpables, un músico que componía y tocaba la música que le gustaba sin mirar las modas del momento y con la conciencia de saber exactamente lo que estaba creando.

Rory Gallagher nació un 2 de Marzo de 1948 en Irlanda consiguiendo su primera guitarra a los nueve años (regalo de su tío), una guitarra casi de juguete pero que marcó lo que iba a ser su vida a partir de esos momentos. Cuando alcanzó la edad de 15 años decidió abandonar sus estudios para dedicarse en exclusiva a la música y más concretamente al blues-rock, que le convirtió años más tarde en uno de los mejores guitarristas del género.

Casi 30 años de historia musical han dejado grandes trabajos que no tuvieron un boom espectacular como el de otros artistas de la época pero que llegaron a vender más de 30 millones de discos, una cifra nada despreciable para un artista que no contaba con el apoyo necesario de los sellos discográficos del momento y que se rebeló a la moda existente en Irlanda en los años 60, donde dominaban las grandes bandas y en las que se vio obligado a tocar, a pesar de su conocida rebeldía, en sus primeros años.

The Fontana Show Band e Impact fueron sus primeras apariciones en público, pero Rory se cansó enseguida y en 1965 fundó un trío de blues llamado Taste, fue el primer intento de hacer lo que realmente quería y duró hasta 1970 cuando sus dos compañeros se cansaron de aparecer siempre en segundo plano. A partir de entonces fue cuando la capacidad y habilidad de Rory Gallagher alcanzó cuotas elevadas creando The Rory Gallagher Band, en un afán de no crear dudas entre los músicos que le acompañaban……

…….En cuanto a su estilo, sólo hay que escuchar alguno de sus discos para comprender toda la habilidad que mantenían sus manos y mente funcionando conjuntamente y a la perfección desde el mismo instante en el que suena la primera nota de su guitarra, un estilo influído por algunos de los mejores guitarrístas de blues B.B.King y Albert King y que Rory combinó con su influencia más rockera, fragmentos incluso duros que se inclinaban hacia el Heavy pero que combinó de manera magistral con el blues más clásico y urbano.

Fue un músico completo, porque no sólo tocaba la guitarra sino que además tocaba la mandolina, armónica, el saxofón… y su muerte le apartó del aprendizaje del piano. No fue un ídolo de masas pero los músicos siempre han sabido quien fue Rory Gallagher, los guitarrístas del grupo Heavy-Rock Judas Priest, Steward Copeland de The Police, o más conocidos, por ser más cercanos como Slash de Gun´s & Roses, The Edge de U2 o nuestro Rosendo Mercado (sobre todo en tiempos de Leño), le han citado en más de una ocasión como una de sus influencias más notables e incluso como causante de su vocación musical.

No quiero olvidarme de Platero y Tú quien, como opinión muy personal, plagió uno de sus temas más impresionantes «Laundromat» de 1971 y cuyos acordes iniciales han sido copiados de manera ejemplar por el grupo de Fito en uno de los éxitos más conocidos de este grupo «Por mí», que abre el álbum «7».

En definitiva, si eres gran aficionado al blues-rock y conoces a Rory Gallagher enhorabuena, si no, nunca es tarde para darse cuenta de que se puede tocar buen rock y buen blues sin repetir hasta la saciedad el mismo solo aséptico, como es el caso de Eric Clapton. En el primer disco del amigo Gallagher encontrarás pantanosas recreaciones del sonido de Muddy Waters, desenfrenados blues en los que T-Bone Walker se encuentra con los grandes guitarrístas blancos, desbarres acústicos sobre un sólo acorde, composiciones de siete minutos en las que incorpora elementos del jazz, «pequeñas» joyas con guitarra acústica y armónica de inspiración bluesera y un tema que, con un generoso guitarreo, anticipa la parte final de Starway to Heaven. Huelga decir que siempre será más emocionante escuchar a Gallagher que al Sr. Page, al que suponemos secretamente subvencionado por alguna multinacional de la aspirina.»